A lo largo de las 176 páginas de este volumen, las autoras destacan, mes a mes, los aspectos y características que permiten el desarrollo y estimulación integral del niño. 
Desde las primeras líneas también se advierte el peligro que pueden correr los padres con sus hijos al asumir las pautas proporcionadas como parámetros inquebrantables al momento de juzgar, evaluar o realizar un seguimiento. Si todo individuo está sujeto a transformaciones propias de su individualidad, carácter y desarrollo, al adulto le corresponde encaminar este proceso con la conciencia de que todo niño es un ser integral pero único. 
En esta etapa el adulto se encontrará con nuevas experiencias y obstáculos que debe sortear. Los rasgos propios de los primeros doce meses reclamaban una colaboración para alcanzar los efectos esperados. Ahora el niño es un explorador que busca la acción y asume posiciones personales.