En el marco de un desvanecimiento de la tradicional frontera entre la etapa preescolar y la fase escolar, esta obra hace foco en la evolución del niño, entendida como la transformación de los procesos corporales en facultades psíquicas y espirituales que se construyen sobre ellos.
Cada paso en este camino necesita su tiempo de maduración y toda pedagogía integral debe orientarse en esas necesidades de desarrollo.
Este libro intenta verter luz sobre las sucesivas fases del desarrollo infantil, demostrando la complejidad del proceso con etapas consecutivas que no pueden abreviarse ni omitirse arbitrariamente y que no deben desconocer determinadas leyes antropológicas de cuyo cumplimiento o incumplimiento depende el nivel de salud creatividad y rendimiento de todo niño.